Luego de seis décadas, el ILPES hoy en día tiene el objetivo de apoyar a los países en la planificación, diseño e implementación de planes y políticas públicas que reduzcan las brechas estructurales y las desigualdades para promover un estilo de desarrollo más equilibrado territorialmente con participación ciudadana robusta, con la igualdad en el centro y la sostenibilidad como una meta alcanzable.
La construcción de este nuevo estilo de desarrollo, que supere los desequilibrios del estilo de desarrollo anterior, exige liderazgos horizontales, renovados, colaborativos y participativos, una gobernanza anticipatoria que utilice la construcción de futuros posibles como un espacio de reflexión inclusivo y participativo, y un enfoque territorial que aproveche las especificidades y capacidades en el territorio para lograr encadenamientos productivos sinérgicos y virtuosos. Necesita, además, una planificación con mirada de largo plazo para vincular las medidas de corto y mediano plazo con una visión consensuada de país y la construcción de pactos entre el gobierno y todos los actores sociales en el territorio. Asimismo, una transversalización de la acción climática y la gestión del riesgo como ejes de una planificación para la resiliencia.
Las múltiples crisis que enfrentan nuestros países y los desafíos del futuro exigen un cambio profundo en el funcionamiento de las instituciones del Estado que permita establecer nuevas colaboraciones con los distintos actores de la vida pública y fortalecer la democracia. Al mismo tiempo, con la pandemia del COVID-19 ha quedado instalada la necesidad de fortalecer el rol del Estado como garante del bien común, pero también se ha puesto de relieve la necesidad de que cuente con capacidades renovadas para prever las crisis, prepararse y responder a ellas, y aprender de los aciertos y desaciertos en la toma de decisiones. Los desafíos comunes que enfrentan las naciones llaman también a fortalecer la integración y cooperación regional y robustecer la planificación multilateral para abordar desafíos comunes y resguardar los bienes públicos regionales. Es esencial reconstruir la confianza de la ciudadanía en la institucionalidad democrática para que los ciudadanos participen y colaboren más en la solución de los problemas públicos, así como para fomentar el diálogo y los pactos sociales que serán fundamentales a la hora de llegar a un acuerdo sobre los cambios estructurales que se necesitan para lograr una recuperación transformadora.
Las políticas de Estado y de gobierno abierto así como el gobierno digital son puntales de un cambio inminente en el funcionamiento del Estado y habilitadores y multiplicadores para una acción acelerada en favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Aún más importante es el cambio cultural que estas políticas implican, a saber, colocar a la ciudadanía en el centro de un nuevo servicio público, el acceso a la información, la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas.
El trabajo de ILPES hacia adelante busca contribuir en forma sustantiva a esta reflexión y ofrecer aportes a la discusión respecto de las capacidades y los liderazgos que han de desarrollarse en las instituciones para recuperar la confianza de la ciudadanía y construir pactos duraderos y sostenibles. Es así, que ILPES busca aportar a los países de la región en el fortalecimiento de las capacidades institucionales, a través de la formación de capacidades, la cooperación técnica, el trabajo en redes y los estudios aplicados, y a través de sus instrumentos de gestión de conocimiento, tales como el Observatorio Regional de Planificación para el Desarrollo.