La región de América Latina y el Caribe se esfuerza en el siglo XXI por acelerar su desarrollo. Con el cambio de milenio, los gobiernos y las sociedades latinoamericanas y caribeñas aspiraban a un desarrollo distinto también, ya no concentrado casi exclusivamente en el crecimiento económico, sino abarcando el espectro del desarrollo sostenible, valorizando el medio ambiente y basándose en los derechos económicos y sociales. Desde el cambio de milenio, la planificación volvió a adquirir prioridad en las agendas nacionales. Acorde con una región que evolucionaba con rapidez, se procuró una planificación moderna y participativa, que consideraba el largo plazo y la construcción de una visión de país, con el fin de alcanzar mayor igualdad en las sociedades, teniendo como temas centrales la coordinación entre niveles y sectores de gobierno, la articulación público-privada, el monitoreo y la evaluación de la eficiencia y la efectividad de la gestión pública. En este contexto, también se incorpora en la planificación moderna la dimensión espacial, el reconocimiento de las disparidades del desarrollo dentro de los países y la necesidad de reducir esas brechas que, en ocasiones, superan las brechas medias a nivel nacional.
ILPES acompañó a los gobiernos nacionales y subnacionales durante este período para hacer más eficiente su gestión, fortalecer las capacidades de sus cuadros, revisar sus estrategias de gobierno, generar visiones de país, reducir las disparidades territoriales y reconstruir sus sistemas de planificación, presupuesto, evaluación e inversión pública. De esta forma, contribuyó a mejorar la planificación económica y social y la gestión pública generando espacios de cooperación horizontal y redes de intercambio de experiencias entre sus países miembros. Ello, gracias a la labor de sus diferentes áreas de trabajo, al nutritivo intercambio entre ellas, su integración en programas de fortalecimiento de capacidades institucionales y su expresión en sus actividades de capacitación.
Durante este período, ILPES impartió cursos de capacitación sobre temas especializados a través de cursos de corta duración que habitualmente no se abordó en los programas de los centros académicos de América Latina y el Caribe, derivados de la investigación de la CEPAL en su conjunto y de la sistematización del conocimiento de los países y de la propia institución. Los cursos combinaban la teoría con la práctica y su metodología didáctica era la de “aprender haciendo”, combinado con la transmisión de conocimiento y el desarrollo de competencias y capacidades.
En este período se amplía la oferta de cursos desde el Instituto y se inicia un proceso paulatino de probar e implementar cursos en modalidad de educación a distancia: para el fin del periodo, ILPES dictaba entre 7 y 8 cursos a distancia al año.
Cursos emblemáticos durante el período | |
Cursos de entre 2 a 5 semanas
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Cursos a distancia
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Los y las participantes en los programas de formación provenían principalmente del sector público, aunque los cursos también contaban con la participación de personal docente de universidades o centros académicos de América Latina y el Caribe al igual que con personas pertenecientes a instituciones del sector privado y de la sociedad civil.