La planificación para el desarrollo en los 60 años del ILPES

A principios del año 1990 con Gert Rosenthal liderando como Secretario Ejecutivo y Fernando Fajnzylber dirigiendo la investigación, CEPAL sometió a consideración de los gobiernos de la región, el informe Transformación productiva con equidad: la tarea prioritaria del desarrollo de América Latina y el Caribe en los años noventa. Esta proposición y el pensamiento de ahí derivado compenetrarán el trabajo de CEPAL durante la década de los noventa y marcarán al programa de formación de ILPES en forma significativa. El informe presentó una versión decantada de las principales enseñanzas que dejó la crisis económica de los ochenta y una propuesta para el desarrollo de los países de la región que le permitiera crecer, mejorar la distribución del ingreso, consolidar los procesos democratizadores, adquirir mayor autonomía, crear condiciones que detengan el deterioro ambiental y mejorar la calidad de la vida de toda la población. Llamó a la construcción de un Estado más democrático, pluralista y participativo, capaz de concertar una agenda de desarrollo colectivo, y de formular, coordinar e implementar políticas públicas hacia este fin. Estas últimas proposiciones influirán sobre el pensamiento de ILPES sobre las funciones de la planificación y la gestión estratégica del Estado. 

El año 1992 representa un punto de inflexión en el programa de capacitación de ILPES: se termina con los cursos largos de ILPES y comienzan los primeros cursos de cinco semanas y de dos semanas de duración. En ese entonces las actividades de capacitación fueron reorientadas a fortalecer las dependencias públicas vinculadas a la formulación de políticas públicas mediante una sistematización y análisis comparado de las reformas económicas y los principales aspectos de la gestión pública de los países de la región. Asimismo, para fortalecer los mecanismos de programación de la inversión pública y para la creación y perfeccionamiento de bancos de proyectos. En este nuevo contexto también se enfatizó la capacitación para impulsar una mayor capacidad institucional en apoyo al desarrollo sustentable, y al desarrollo local y regional. Respecto a este último campo, se desarrollan dos cursos particularmente emblemáticos: el Laboratorio Integrado de Diseño de Estrategias Regionales (LIDER) y Gestión Estratégica del Desarrollo Local y Regional (GEDEL). 

Es un período de programas de formación más masivos, pero también más específicos, adecuados a los nuevos tiempos, cuando ILPES capacita a miles de profesionales, más que en todos sus períodos anteriores, llegando a más instituciones y a una diversidad más amplia de ellas. 

El objetivo general de los programas de capacitación durante este período fue entregar una formación destinada a desarrollar esquemas conceptuales que ayudaran a entender la realidad socioeconómica de los países de América Latina y del Caribe, y una formación técnica que diera capacidad para analizar y formular programas y proyectos de desarrollo socioeconómico. En este sentido, el objetivo central del programa de capacitación era generar un mecanismo catalítico que contribuyera al desarrollo de dos procesos en América Latina: a) la reflexión acerca las limitaciones y potencialidades del cambio social y la concreción de un pensamiento original en relación a los problemas del desarrollo y de la planificación; y b) la incorporación de métodos de análisis y de gestión modernos y apropiados al contexto latinoamericano en el ámbito de las decisiones de política económica de los gobiernos.  

En este sentido, los cursos ofrecidos por el Instituto se consideraban como una actividad de entrenamiento profesional antes que académica, y sus características fundamentales eran:  

1. la integralidad de los problemas del cambio social en América Latina y el Caribe, idea que se reflejaría en el contenido técnico y político - en el más amplio sentido de los términos - de los cursos del Instituto;  

2. la integralidad del proceso de planificación, para incluir varios niveles y sistemas decisionales (global, regional, local, sectorial);  

3. la capacitación permanente vista como un proceso de aprendizaje social a través del cual cada curso constituía un insumo para el diseño de otros y mediante el cual se ajustaban, rechazaban o aceptaban valores, teorías, metodologías y estrategias de acción;  

4. la valorización de las ventajas comparativas del Instituto, de forma tal que la capacitación en campos especializados de desarrollo (por ejemplo, planificación industrial, del desarrollo rural, empleo, medio ambiente, entre otros) se realizara con los correspondientes organismos especializados;  

5. el reconocimiento de la formación y calificación heterogénea de los participantes, en su gran mayoría provenientes de los organismos del sector público de los distintos países, por lo que los cursos debían permitir tanto la nivelación como la adquisición de nuevos conocimientos;  

6. la necesidad de combinar en los cursos los análisis teóricos de los problemas con sus dimensiones empíricas como asimismo la necesidad de estructurar los cursos en torno a una idea central que les proporcionara orgánica; y por último, 

7. la utilización de las experiencias de asesoría y de investigación del ILPES en los cursos de capacitación; asimismo, la posibilidad de aprovechar la experiencia que en el mismo sentido detentan los numerosos expertos de CEPAL que colaboran en los cursos.

En este período se consolida un movimiento fundamental en el enfoque de capacitación de ILPES, donde la metodología pedagógica del aprender-haciendo vinculada con los problemas reales del mundo del trabajo de los y las participantes, se vuelve central a la metodología empleada, y se combina con la transmisión del conocimiento (enfoque predominante de los períodos anteriores) y el desarrollo de competencias – en el sentido de proveer enfoques conceptuales y metodológicos que enfatizan la entrega de conocimientos, habilidades y conductas – que paulatinamente toma mayor fuerza en la pedagogía del programa de formación.