El periodo desde los setenta hasta fines de los años 1980 fue de profundas transformaciones económicas, políticas, sociales y territoriales en América Latina y el Caribe. A partir de la crisis de la deuda externa y la implementación de las políticas de ajuste estructural por diversos países en la región y promovidas dentro del Consenso de Washington, se selló la promoción de un nuevo estilo de desarrollo en la región. Este periodo marcó una inflexión a nivel mundial en el pensamiento económico sobre el rol del mercado como mecanismo principal para impulsar el desarrollo, y en América Latina y el Caribe este cambio llevó a una creciente desregulación y liberalización de las economías, una profundización de la inserción externa a partir de la promoción de exportaciones y un saneamiento de las finanzas públicas, con la subsecuente reducción del Estado y su menor intervención en la economía.
Desde los años setenta, el Estado y la planificación dejaron de tener el peso del período previo, como consecuencia de los cambios de orientación del patrón de desarrollo que asumieron la gran mayoría de los países de la región. En este periodo, las políticas públicas dejaron de considerar la planificación de largo plazo porque la crisis macroeconómica, la hiperinflación y el estancamiento del crecimiento copaban la atención de los programas públicos. En este sentido el foco de una gran parte de la labor de ILPES y la CEPAL era hacia cómo sortear la crisis.
Durante este período, la investigación de ILPES se centró en la programación económica del sector público, las políticas sociales, la programación de inversiones y proyectos, y la planificación y las políticas regionales. Respecto a este último, la desigualdad como problemática resultante de los nuevos patrones de desarrollo comienza a guiar el pensamiento sobre el desarrollo territorial durante el periodo. Ya desde mediados de la primera década de ILPES, el desarrollo regional forma parte del cuerpo de pensamiento de ILPES. En este período, respecto de los determinantes del desarrollo territorial y sobre las alternativas para lograr una reducción de las desigualdades existentes en América Latina y el Caribe, surge el concepto del desarrollo endógeno y se plantea los limites que impone la acumulación capitalista para alcanzar un desarrollo socio espacial más balanceado. Durante los años ochenta, el enfoque del programa de capacitación era la transmisión de conocimiento, ahora con la incorporación de los temas contingentes que tenían como objetivo preparar a los funcionarios públicos para una época de ajuste estructural y de credibilidad a las acciones del mercado, mientras el Estado debía reducirse a la mínima expresión, de acuerdo con los postulados del neoliberalismo.