La interoperabilidad es la capacidad de las organizaciones de interactuar para alcanzar objetivos comunes que sean mutuamente beneficiosos y que hayan sido acordados previa y conjuntamente, recurriendo a la puesta en común de información y conocimientos entre las organizaciones, a través de los procesos institucionales a los que apoyan, mediante el intercambio de servicios, datos o documentos entre sus sistemas de TIC respectivos (Comisión Europea, 2010). |
De esta definición se desprende que la interoperabilidad gubernamental es un requisito para hacer posible la comunicación digital y el intercambio de información entre las administraciones públicas, entre éstas y las empresas privadas y organismos no gubernamentales que requieran interacción con el Estado. Para profundizar en este tema se recomienda leer el capítulo III del informe Gobernanza Digital e Interoperabilidad: Una guía para su implementación.
De acuerdo con el BID (2019), la interoperabilidad cumple varias funciones: como factor de progreso, como herramienta para gestionar y compartir información, y como soporte para la formulación de políticas públicas. La interoperabilidad se da cuando varios sistemas y dispositivos pueden intercambiar datos, interpretarlos y mostrarlos en forma sencilla para el usuario. Para que este intercambio sea posible, previamente deben abordarse aspectos de las cuatro dimensiones de la interoperabilidad:
Fuente: elaboración propia con base en Pombo, C., Ortega, G., Olmedo, F., Solalinde, M. y Cubo, A. (2019). El ABC de la interoperabilidad de los servicios sociales. Marco conceptual y metodológico. Banco Interamericano de Desarrollo. https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/El_ABC_de_la_interoperabilidad_de_los_servicios_sociales_Marco_conceptual_y_metodológico.pdf
Estas cuatro dimensiones de la interoperabilidad están cruzadas por tres dominios en los que se debe poner un nivel de atención similar: