El concepto de gobierno inteligente es relativamente nuevo. Por ende, hay diversas definiciones que en esta guía de investigación no se abordan. Sin embargo, Guenduez et al. (2018) han identificado cinco factores institucionales que se deben tomar en cuenta para implementar iniciativas de gobierno inteligente: compromiso político; gobernanza clara; comprensión legal; conciencia digital; e infraestructura y estándares de Tecnología de Información (TI). También identificaron cuatro factores organizacionales: procesos y estructura; capacidades organizacionales; valores; y recursos humanos.
El gobierno inteligente requiere de recursos financieros y capital humano para llevarlo a cabo. Se enfatiza la importancia del compromiso político, puesto que las iniciativas de gobierno inteligente compiten con otros tipos de iniciativas por los mismos recursos financieros y de personal. La falta de tal compromiso político dificulta al implementación de iniciativas de gobierno inteligente.
El gobierno inteligente requiere de una cordinación intra e interestatal, "una coordinación sistemática y responsabilidades claras, que son necesarias para evitar redundancias, inversiones y fundamentos legales desalineados, así como sistemas técnicos y estructuras de datos incompatibles" (Guenduez et al., 2018, p. 101).
El estudio determina que la falta de o la incertidumbre sobre regulaciones legales de las iniciativas de gobierno inteligente puede retrasar la implementación de estas. "El gobierno inteligente requiere la alineación y el análisis sistemático de las necesidades regulatorias en todos los niveles estatales [...]. Las organizaciones públicas deben ser conscientes [...] del marco regulatorio actual al momento de utilizar datos" (Guenduez et al., 2018, p. 102).
El estudio demuestra que "en las iniciativas de gobierno inteligente [...] la falta de participación de los ciudadanos dificulta la implementación [...] Esto lleva a una fuerte necesidad de empoderar a los ciudadanos para que participen activamente en la implementación de iniciativas de gobierno inteligente. [Los] resultados muestran que crear nuevos servicios y soluciones es insuficiente; La conciencia digital en una población es un requisito previo para un gobierno inteligente y, por lo tanto, debe ser promovida activamente por las administraciones públicas" (Guenduez et al., 2018, p. 102).
El estudio recomienda "invertir en infraestructura, soluciones y servicios interoperables y modulares (por ejemplo, programación de citas, formularios de contacto y chatbots). Los servicios básicos como firmas electrónicas, identidades o sistemas de pago son altamente escalables y simplifican el uso para ciudadanos y empresas, pero ofrecen poco potencial de diferenciación. Si bien esto no debería significar que todas las agencias gubernamentales [...] deban usar las mismas soluciones, sí deben ser interoperables y ampliables" (Guenduez et al., 2018, p. 102).
Cambios organizacionales son necesarios para una exitosa implementación del gobierno inteligente. Es clave abogar por una centralización temporal de tareas y competencias para agrupar recursos, priorizar iniciativas y proveer un impulso para el cambio. Mientras menor sea la madurez digital de una administración pública, más intenso debe ser el impulso para la centralización. A medida que aumenta la madurez digital, la centralización debe reducirse (véase página 103 de Guenduez et al. (2018)).
Desarrollar y fortalecer las capacidades organizacionales está en el centro de la implementación de un gobierno inteligente. El gobierno inteligente requiere un enfoque mucho más multifuncional, multirracional, ágil y basado en proyectos. Las capacidades identificadas como las más importantes son: gestión tecnológico; gestión de datos; ciberseguridad; análisis y modelamiento de negocios; experiencia del usuario; y gestión de la innovación (véase página 103-104 de Guenduez et al. (2018)).
"El gobierno inteligente requiere un nuevo enfoque de diseño de servicios en la administración pública para crear modelos de prestación de servicios más centrados en el ciudadano [...] Cambiar la estructura organizativa agregando estructuras y procesos horizontales y más flexibles sin cambiar la forma de trabajar y la forma de pensar de los empleados es insuficiente. [...] La incomodidad y la falta de disposición para innovar obstaculizan la implementación de un gobierno inteligente [...]" (Guenduez et al., 2018, p.104). Los siguientes valores son una guía: primero digital y solo digital; habilitando a los ciudadanos; colaboración; y emprendimiento e innovación.
"Las nuevas tareas, capacidades y aspectos culturales requeridos para un gobierno inteligente [...] deben reflejarse en los cambios correspondientes en las políticas de recursos humanos de las administraciones públicas. [...] Las administraciones públicas deben adaptar sus criterios de contratación y formación, aceptando la recalificación y el aprendizaje permanente como cada vez más importantes" (Guenduez et al., 2018, p.105).
Además de los factores anteriores, "una estrategia ampliamente coordinada e impulsada por políticas, así como el liderazgo, son clave para el éxito de las iniciativas de gobierno inteligente" (Guenduez et al., 2018, p. 105). También, identifican cuatro factores que facilitan la formulación exitosa de estrategias de gobierno inteligente y un apoyo de liderazgo audaz: