Estas se consideran como basales del desarrollo del gobierno digital y habilitantes para el tránsito hacia un gobierno inteligente y transformador. Su creación, implementación, operación, escalamiento y actualizaciones deben ser parte de cualquier estrategia de gobierno digital en el contexto actual, independientemente que en algunas etapas de su desarrollo se vean como componentes operativos.
Su correcta operación permite la generación y entrega de servicios de valor público por parte de organizaciones públicas y privadas. Son parte de los elementos que ayudan a construir la propuesta de Gobierno como Plataforma (GaaP, por sus siglas en inglés) (Pope, 2019), un entorno de gobierno reorganizado en torno a componentes/servicios compartidos, APIs, estándares y bases de datos canónicas. Como tales, deben cumplir una serie de condiciones para habilitar la entrega de servicios no presenciales por parte de otras organizaciones, públicas y privadas.
Sin embargo, su adopción y utilización deben ser significativas para justificar las inversiones y esfuerzos públicos en su implementación y operación. Es por ello que las administraciones deben poner los incentivos y contenidos adecuados o, eventualmente, hacer que su uso sea mandatorio y que el uso de canales o medios diferentes sea la excepción.
Se profundizará en la identidad digital, el portal digital del Estado, la interoperabilidad gubernamental, la carpeta digital ciudadana, la casilla o domicilio digital y la ciberseguridad. También se pueden considerar centros de atención y ayuda, registros o bases canónicas, infraestructura de conectividad y datos, u otras.
Fuente: elaboración propia