La historia de Raúl Prebisch y la de la CEPAL como institución están estrechamente vinculadas. Prebisch ingresa a la CEPAL poco después de su creación en 1948 y, al redactar en 1949 lo que posteriormente se conocería como el Manifiesto de la CEPAL, marcará la pauta de la reflexión teórica de las décadas siguientes y liderará el trabajo de algunos de los intelectuales latinoamericanos más brillantes de la época, a quienes había logrado atraer a la institución.
Cuando en 1962 pasa a presidir la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), más que un alejamiento fue la conquista de un campo que permitiera una mayor irradiación de las ideas y las políticas que se venían formulando y promoviendo desde la CEPAL. A fines de la década de 1960 retorna a la CEPAL para dirigir el actual Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), y luego crea y dirige la Revista de la CEPAL, espacio desde el cual vuelve a la reflexión teórica hasta su muerte en 1986.
Prebisch ingresó a la CEPAL en 1949, poco después de la creación de esta en 1948 y desde ese momento hasta su muerte en 1986, la relación entre la institución y la persona fue muy estrecha: Prebisch se identificaba plenamente con la CEPAL y esta con las ideas suyas y de un grupo de colaboradores muy cercanos. Fue él quien redactó el documento fundacional, “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas”, que posteriormente fue conocido como el Manifiesto de la CEPAL, y que sentó las bases del enfoque centrado en las particularidades del desarrollo de los países de la periferia del sistema mundial, especializados en la producción de materias primas y alimentos.
Prebisch concibió a la CEPAL como un centro para la investigación y elaboración de políticas de desarrollo para América Latina, profundamente enraizado en las problemáticas específicas de la región, que pudiera ser un lugar de acogida para intelectuales y estadistas que no encontraran ámbitos adecuados de inserción en universidades y otros centros de estudio de la región y de los países industrializados.
Prebisch lideró a la CEPAL durante más de una década inicial de febril actividad, mucho vigor intelectual y gran despliegue de energía en las propuestas de políticas. Durante ese período la CEPAL ganó una sólida posición como referente en la región e incluso fuera de ella. Sus ideas tuvieron una notable incidencia en las políticas aplicadas en varios países latinoamericanos, aunque siempre de manera muy diversa y determinada por las particulares condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de cada caso. También fue considerable el efecto que ejerció la CEPAL sobre la formación de recursos humanos para la gestión pública y para la implementación de los sistemas estadísticos y de planificación nacionales.
Prebisch y la CEPAL se involucraron también activamente en los diversos procesos de construcción de instituciones supranacionales, en especial en las iniciativas emprendidas para promover la integración económica regional. Si bien en una primera etapa la CEPAL dio mayor énfasis a los problemas de las relaciones externas y a la inserción internacional de la región, para poco después centrarse intensamente en la necesidad de lograr la integración latinoamericana para así superar la estrechez de los mercados internos y potenciar políticamente a la región, ya en la década de 1960 el análisis de los problemas estructurales, económicos y sociales internos de diversa índole fue ganando terreno en las preocupaciones, estudios y políticas.
El transitorio abandono que hizo Prebisch de la CEPAL en 1963 para asumir la presidencia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), más que un alejamiento fue la conquista de un campo que permitiera una mayor irradiación y promoción de las ideas y las políticas que se venían gestando en la CEPAL. Más aún, se puede sostener que la propia creación de la UNCTAD fue posible en gran parte gracias al despliegue de la labor de la CEPAL en años anteriores.
Luego de su paso por la UNCTAD, Prebisch retornó a la CEPAL para hacerse cargo con gran energía de la dirección del ahora Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), organismo de investigación y capacitación que forma parte de la CEPAL. También mantuvo sus vínculos como asesor de CEPAL.
En 1976 creó la Revista de la CEPAL, de la que fue editor hasta su muerte. Esta publicación ha servido hasta el día de hoy como foro académico para el debate de ideas gestadas en la CEPAL y la difusión de los trabajos de investigadores sobre enfoques, estrategias y políticas que contribuyan al desarrollo con igualdad en la región.