El desarrollo de formas colaborativas de hacer investigación implica que, en muchas ocasiones, la información pueda ser manejada de forma simultánea por distintos investigadores y/o en diferentes locaciones. Es por este motivo que es importante mantener siempre un control de versiones que permita saber con certeza qué versión de un determinado archivo estamos utilizando y comunicar los cambios que hemos realizado dentro del mismo.
Para ello, debemos seguir buenas prácticas para el control de versiones. El UK Data Archive recomienda las siguientes:
- Decidir cuántas versiones del archivo deben mantenerse, cuáles, durante cuánto tiempo y cómo serán organizadas.
- Identificar las versiones más importantes que deben ser guardadas (hitos).
- Identificar los archivos en una única forma, utilizando una convención para asignar nombres de forma sistemática.
- Registrar las versiones y estado de un archivo, e.g. borrador, provisorio, final, interno, etc.
- Registrar qué cambios se han hecho a un archivo cada vez que se crea una nueva versión.
- Registrar las relaciones entre ítems cuando sea necesario, por ejemplo: las relaciones entre un código y el archivo de datos en el cual se ejecuta; entre datos y documentación asociada o metadatos; o entre múltiples archivos de datos.
- Rastrear la ubicación de archivos, cuando estén almacenados en locaciones diferentes.
- Sincronizar los archivos ubicados en diferentes locaciones de forma regular
- Mantener un archivo maestro único en un formato apropiado para evitar problemas de control de versiones que puedan surgir cuando se trabaja en diferentes archivos de forma paralela
- Identificar una única ubicación para el almacenamiento de los archivos que constituyen hitos y archivos maestros
Existen diferentes formas de registrar esta información, como por ejemplo registrando fechas, número de versión o estado del documento en el nombre del archivo, incluyendo tablas de control de cambios, o utilizando software especializados para ello.