Aunque el turismo ha sido promovido como un motor de inversiones y desarrollo local, también ha sido criticado por sus impactos en las comunidades locales y los ecosistemas. Además, la pandemia de COVID-19 ha expuesto estas vulnerabilidades: empleo inestable, falta de diversificación y baja resistencia a los eventos extremos. Dado que el turismo está paralizado, la pandemia brinda una oportunidad única para evaluar el desempeño socioambiental del sector hasta el momento e imaginar una transformación resistente y sostenible.
El futuro del turismo debe ser sostenible para todos. Los trabajadores son la cara de la industria; por lo tanto, el trabajo decente, la protección de los derechos laborales y de salud y la profesionalización son clave para reiniciar una industria más competitiva. Del mismo modo, las microempresas y las pymes son los principales proveedores turísticos de la región y aportan una importante cantidad de empleo. La conmoción en sus negocios y las próximas tendencias turísticas exigen la construcción de modernas habilidades empresariales, financieras y digitales, así como el acceso a financiamiento para la innovación. Esto permitirá que las comunidades, que son el corazón de la experiencia, participen activamente en las cadenas de valor a través de la provisión de servicios atractivos y sofisticados, impulsando el desarrollo local. Teniendo en cuenta que los viajes internacionales estarán restringidos a corto y mediano plazo, y que las familias de bajos ingresos tienen menos acceso a las experiencias turísticas, el turismo interno tendrá la doble función de reactivar la economía al tiempo que reconoce la importancia del acceso al ocio para todos.
La sostenibilidad ambiental será clave en la reactivación y el futuro de la industria. Como los viajeros ya preferían las experiencias socioambientales sostenibles, la necesidad de distanciamiento social tiene el potencial de impulsar el turismo natural y rural. En América Latina, podría ser un motor hacia una nueva ruralidad al aprovechar la naturaleza transversal del turismo para promover el desarrollo local: diversificación de actividades, energía sostenible, internet para la producción, conservación de ecosistemas, planificación territorial y movilidad eficiente . También es una gran oportunidad para la agricultura, no solo al fortalecer su participación en la cadena de valor turístico, sino también al explorar la gastronomía, la cultura y el agroturismo.